Alcohólicos Anónimos conmemora 90 años de llevar el mensaje de esperanza, recuperación y libertad a personas que sufren a causa del alcoholismo en todo el mundo, señaló Reyes G, uno de los principales promotores de este programa en Mexicali.
Nueve décadas han pasado desde aquel histórico 10 de junio de 1935, cuando Bill Wilson, un corredor de bolsa de Nueva York, y el doctor Robert Smith, un médico de Akron, Ohio, se reunieron por primera vez.
Ese encuentro no solo marcó el inicio de su sobriedad duradera, sino también el nacimiento de un programa espiritual que cambiaría millones de vidas.
Con un profundo deseo de mantenerse sobrios ayudando a otros, sembraron la semilla de lo que ahora es una hermandad mundial, presente en más de 180 países y con millones de miembros que comparten a diario su experiencia, fortaleza y esperanza.
No podemos recordar estos 90 años sin rendir homenaje a las figuras que estuvieron presentes en los comienzos: Lois Wilson, esposa de Bill, brindó un apoyo incondicional y sería después cofundadora de Al-Anon.
También forman parte esencial de este legado Ebby Thacher, quien compartió con Bill el mensaje espiritual que lo inspiró a buscar ayuda, y el doctor Silkworth, cuyo entendimiento médico del alcoholismo como enfermedad fue crucial para el desarrollo del programa.
Desde entonces, Alcohólicos Anónimos ha evolucionado sin perder su esencia.
El texto básico del programa, el libro “Alcohólicos Anónimos”, el “Libro Grande”, publicado por primera vez en 1939, es una guía fundamental para quienes buscan liberarse del alcoholismo mediante el camino espiritual de los 12 Pasos y el ejemplo viviente de los 12 Principios.
A lo largo de estas nueve décadas, el mensaje se ha transmitido de una persona a otra, en salas humildes y grandes auditorios, en hospitales, cárceles y grupos virtuales.
A.A. ha superado barreras de idioma, cultura y religión, porque su mensaje es universal: “un alcohólico hablando con otro alcohólico: eso es lo que realmente funciona”.
Hoy damos gracias a aquellos primeros miembros pioneros que caminaron por senderos sin trazar, y a quienes desde entonces han asumido el compromiso de mantener viva la esencia de A.A. en cada grupo, en cada servicio, en cada reunión.
“Celebramos también a cada hombre y mujer que ha tomado la decisión de dar el primer paso, reconociendo su impotencia ante el alcohol, y que ha encontrado en A.A. no solo una solución, sino una nueva manera de vivir.
Recordamos con respeto y amor a quienes ya no están entre nosotros, pero dejaron huella con su ejemplo y servicio.
Este 90 aniversario no es solo un acto de memoria, sino una oportunidad de renovación. Renovamos nuestra gratitud por el regalo de la sobriedad, nuestro compromiso con los principios espirituales del programa y, sobre todo, nuestro deber de llevar el mensaje al alcohólico que aún sufre, tal como se nos ha legado.
A.A. vive, y sigue salvando vidas, un día a la vez.
¡Feliz 90 aniversario de Alcohólicos Anónimos! y que vengan muchos más, expresó Reyes G.
